Querido amigo Pedro: he asistido con aut??ntico placer a estas sesiones en las que he perdido mi virginidad con la sierra madrile??a. Me has mostrado como el silencio se funde con un paisaje al que apenas lo separan unos kil??metros de seis millones de personas. O sea, me doy por bien amado en esta aventura. Sin embargo, lejos de preservarme, las endorfinas me colocan y eso me lleva a tirar de crono como t?? tiras de tu aifon cont??ndolo t??, convirtiendo nuestras pruebas en reportajes del Hola para el relame de los bogotes del personal que ya nos compara con el fundador de Virgin.
D??jame, al menos, el resgusto de pensar, que como buen amante de esta aventura, conspire en c??mo lucha contra las manecillas del reloj. Y t?? que lo cuentas, disfrutes, retrates y sigas siendo ese magn??fico maestro del wikiloc con el que espero seguir creciendo.
Quede aqu?? mi venganza se??alada, casi en oda shakespeariana...
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