martes, 29 de noviembre de 2011

Cr??nica de mi primera marat??n, Donosti - San Sebasti??n 2011. #maratondonosti

Km21bImg_1595Img_1621Img_1630Img_1632Img_1636MetaImg_1642La_foto_2a

Crónica de mi primera maratón, Donosti - San Sebastián 2011

Tiempo: 3:26:38

Ritmo: 4.53

Puesto: 1126 / 3000

By @zampus

Mi maratón Donosti comenzó en agosto cuando, a través de Twitter, @lorentzero insistió en que nos apuntáramos e hiciéramos con él la maratón de este año. Después de sus repetidas súplicas, accedimos y vía web nos inscribimos. Ahí empezó la maratón. Como es lógico, accedimos porque nos veíamos con base suficiente como para, entrenando específicamente desde agosto a noviembre, pudiéramos terminarla dignamente.

Yo me siento corredor de montaña y hasta ese momento mis zapatillas se llamaban Salomon XT wing 2, mis salidas eran todas trail, tengo mochila con vejiga… , en fin, que yo como Pedro el de Heidi andaba feliz en la montaña. En septiembre lo primero que tuve que hacer fue comprarme unas zapatillas de guapo, de esas de Domingo, de nene bien, de las que no van por barro. Me recomendaron las Asics Nimbus (pisada neutra) y esa fue las que compré. El día que las estrené por mi pueblo (Soto del Real) corrí como una gacela, qué barbaridad, las miraba por todos lados, esto es un milagro. De correr a 5,50 y 6 por montaña de repente sales y corres por asfalto a 4,5. Loren dice que estas zapas corren sola y razón no le falta.

No obstante, seguimos con nuestras salidas trail de larga distancia, y otras como el camino Schmidt ida y vuelta desde el puerto de Navacerrada (con Fernando y Alberto) con las que os aseguro pillas un fondo de la leche, esta es la base que yo creo que se debe tener para afrontar una maratón. Hacer deporte es una cosa y tener fondo es otra. Experiencias como hacer la cuerda larga corriendo en 3:40 horas (¿verdad Fernando?), media maratón de Somosierra y otras tantas medias maratones y salidas que hemos hecho recientemente, esa es la garantía de que tú eres capaz de correr una maratón. Otra cosa es a la velocidad con la que seas capaz de correrla y por tanto, el tiempo que finalmente consigas. El entrenamiento perfecto, bajo mi humilde opinión, podría ser salidas de fondo y luego salidas de 5 ó 10 km con cambios de ritmo siempre alegres para ir mejorando la velocidad. Ni que decir tiene que esto que digo no es para profesionales, hay miles de planes de entrenamiento en Internet, yo no he seguido ninguno, simplemente he trabajado dos campos, el fondo y un poco la velocidad.

Pasaban las semanas, comentábamos cosas en Twitter, se acercaban las fechas y a un mes vista, colgué mis zapatillas trail y empecé a salir casi todos los días por el carril bici o por asfalto haciendo salidas de 5, 10 o 15 kms. A dos semanas de la maratón me fui a trabajar desde Soto del Real a Tres Cantos corriendo por el carril bici, 25 km en 2 horas 6 minutos, llegué “buenos días” me duché y a currar. Ese creo que fue un buen indicador de que estaba listo para hacer 42 km corriendo.

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=zZ1fSzWWlbs?wmode=transparent]

Domingo 27 de noviembre de 2011, 6:45 am suena el despertador, Fernando Ortega hace por despertarse pero le vence la morriña. Me levanto, lo tenía todo preparado; zapatillas, calcetines, medias de compresión, calzonas, camiseta de mangas largas, dorsal y chip, esparadrapo de papel para evitar un bloody mary en los pezones, lentillas y gafas de sol y mi gorrilla blanca de aparcacoches. Me tomé un par de barritas y bebí isostar. Fernando igual, se preparó y salimos camino a Anoeta. Habíamos quedado a las 8:15 con Loren y Javitxu. Estábamos a las 8 allí, hacía frío, un frío húmedo que se pega, te abraza y se cuela por todos sitios. Dejamos las chaquetas en una mochila en la zona destinada a guardarropa y eufóricos y con más frío que un perrillo chico, nos juntamos con Loren y Javitxu para ir a la salida. Música a toda leche, la gente poseída, todos eufóricos, tres-dos-uno, comienza la maratón.

Salimos detrás de la liebre de 3.15, no por estrategia sino porque estábamos allí. Yo me dije, yo tiro detrás de estos, que ya tendré tiempo de quitar gas y pasar a tramos posteriores. La salida fue rápida y todos empezamos a rodar. El frío te pide correr y la competición te anima a correr así es que salí a un ritmo muy bueno. Eran las 9 am y había poca gente por la calle pero los que había ya te animaban, aúpa chicos, vamos, ondo, ondo, vamos Jon (este debe ser el nombre comodín en Euskadi). Me encontraba feliz, estaba donde quería, no me dolía nada, estaba a gusto, y estaba consolidando un buen ritmo (no sabía exactamente cual porque no llevaba mi Iphone – runkeepero pero mientras no me pillaran los que iban con la liebre de 3.30 sabía que el ritmo era muy bueno). Javitxu se escapó y ya no volví a verlo, sabía que Fernando y Loren iban detrás de mí pero tampoco sabía si cerca o lejos. Decidí correr a mi ritmo, observando a unos y a otros, respirando tranquilo, pillando el ritmo de carrera viable. No puedes correr una maratón por encima de ese ritmo que te permite respirar cómodo, si lo haces, cascas más pronto que tarde (me decía yo para mis adentros). Comenzamos la primera vuelta grande, llegando al polígono industrial me paro para el primer pis, ya vas pillando el truco a los avituallamientos, si coges el vaso de isotónica debes doblar la boca para poder beber corriendo (boca de pico). Si pillas una botella de agua, tiras un poco para que sea más cómodo beber (haz lo que vieres). Al final del polígono me dio el primer subidón con la música a toda leche. Me emociono, me veo a mí mismo corriendo una maratón, sintiéndome bien, y no puedo evitar emocionarme. Al ratito de esto, ya en el km 20 Fernando me grita ¡vamos cuerda larga, que no se diga, esto está ya hecho! Fernando venía con sus hematocritos a tope y ahí otro subidón, aunque ejerciendo mi “sangre fría culebrera”, como dice Fernando,  le digo por lo bajini  “poco a poco Fernando que todavía nos queda mucha carrera, vamos a aguantar este ritmo que vamos bien”. Pero Fernando, que es un polvorilla Rayo MCqueen,  empezó a correr y se me fue. Creo que efectivamente hay que tener la sangre fría para no aumentar el ritmo por algo así, y no es fácil ver a un compañero que más o menos tiene tu misma forma pasarte y dejarte atrás y tú que vas bien, que te sientes a gusto, no apretar para seguirle. Pero yo sabía que aun estaba delante de la liebre de 3:30 y eso ya era más que suficiente para mí, apretar podría suponer arriesgarme a tener un bajón o problema. Y pocos km después de esto, justo en el km 24 cuando entrábamos en Anoeta,  me llevé un susto al sentir un pinchazo leve en el muslo derecho (cuádriceps). Me saltaron todas las alarmas, bajé el ritmo, me bajó la moral, pensaba que si el dolor se hacía agudo tenía que abandonar la carrera. Pero la suerte me acompañó, tras unos kms a ritmo más suave por el Paseo Errondo, Calle Urbieta, Avenida Libertad, parece que el pinchazo se queda en un susto y vuelvo a mi ritmo. Comenzamos la última vuelta, ves pasar por el carril contrario a la cabeza de carrera, qué barbaridad cómo corre el de marruecos que ganaría la carrera con 2:20, pero en otras ocasiones veías pasar a los que iban detrás de ti y ahí eras tú el que corría.

Ssmi2119Ssmj2150Ssmq0339Ssmg1116Ssmc1292Ssmc1293

km 30, paseo de la concha, me encuentro bien, nada me amenaza, empiezo a notar el cansancio en las piernas pero de momento ninguna señal de muro. Yo miraba para todos lados diciendo “a ver si me voy a chocar con el muro cagonsos y no me doy cuenta”. Estoy animado, muy motivado, pienso en mi familia (Ela y los peques me están animando desde Madrid) y en el momento en que cruce la meta. Km 34  vuelvo a pasar por la parte con música del polígono industrial, subidón otra vez y además comienza la cuenta atrás. Ves a gente con tirones que cojea, gente sufriendo y esperas que no te pase a ti. Otros se retiran diciendo “no puedo más”, otros que te pasan como motos ¿cómo llevan esa fuerza, dónde estaban, no habrán empezado ahora y están frescos? La cabeza, en estos momentos es quien dirige la carrera, es la auténtica protagonista, empieza la auténtica maratón. Ya no queda NADA, vuelvo a ver a Fernando a lo lejos por el paseo de la concha. Voy acercándome y de repente en el km 39, antes de llegar al paseo Errondo, veo que Fernando baja el ritmo, baja el ritmo. Trato de tirar de él, “vamos Fer, vamos que estamos ahí”,  pero Fernando se para. Ahí es otro momento complicado porque no sabes qué hacer, intentas darle ánimos para que te siga pero por otro lado sabes que si estás mal y necesitas parar, por más que te fuercen... Así es que confío en que Fernando se recupera y sigo. Ya sabes que estás llegando, sabes que lo vas a conseguir, hay mucha gente, la gente te aplaude, te da ánimos, empiezas a correr más, sube la adrenalina y la situación te lleva flotando metro a metro. Te olvidas de las piernas y del cansancio. Me cruzo con Alberto que estaba ahí antes de entrar en Anoeta, me echa la foto al pasar y le digo “mira a Fernando que ha parado, dale ánimos”. Entramos en el estadio, últimos metros, voy bien, me rio, estoy eufórico, doy la vuelta y veo la meta, igual que las que salen en la tele, crono 3:26:37 levanto los brazos y paso la meta con lágrimas en los ojos. Objetivo conseguido y con un tiempo inimaginable.

Dos minutos más tarde entra Fernando, qué alegría, le abrazo y me dice “estoy colocao, parece que me fumao un porro”, no me extraña, a Fernando en el km 39 se le acabó la gasolina, literalmente, pero eso seguro que no le volverá a pasar. La noche antes, en la pasta party, en vez de cenar bien, cenó un tomatito y un poquito de pasta. Creo que ha conocido el muro, y gracias a que era ya al final de la carrera y que Fernando los tiene bien puestos,  pudo con los últimos metros pero hay que cuidar la nutrición e hidratación. Es más importante de lo que pensamos.

Vemos a Alberto, nos hace una foto, recogemos la camiseta de la carrera, frutas y bebida isotónica, las piernas están muy cansadas, el cansancio se desploma sobre ti, poco a poco te va atrapando y te va dejando plof. Y hambre, necesitamos comer algo. Recogemos las cosas de consigna, nos vamos al hotel, por cierto a mitad de camino (nos fuimos andando) justo cuando nos arrastrábamos cuesta arriba camino al hotel para un coche y era Loren, nos monta y ya nos cuenta que se había retirado en el km 23 porque no estaba a gusto, no se sentía bien. Creo que es importante correr siempre que tengas buenas sensaciones, si no estás bien, ¿por qué sufrir? Me pareció genial el planteamiento de Loren y mejor aun que nos llevara en coche al hotel, gracias Loren.        

Después de la ducha, nos fuimos a una pizzería, recuperamos hidratos y de ahí al coche para Madrid.

Gracias al Team por este buen fin de semana en Donosti y espero que nos veamos pronto.

Gracias a Alberto por cuidar de nosotros, le debemos una, una maratón en la que él corra y nosotros no. GRACIAS.


No hay comentarios:

Publicar un comentario